Existen numerosas enfermedades que pueden afectar a tu gato. Algunas son causadas por virus, otras por bacterias, protozoos, parásitos; otras de origen autoinmune, inflamatorio o desconocido. No siempre las enfermedades tienen una causa en algo que nosotros hacemos, sino más bien, algunas se originan por factores hereditarios o genéticos, que son azarosas en su aparición y presentación. Algunas las podemos tratar y prevenir, y algunas lamentablemente no.
En el caso de los parásitos, organismos que viven alimentándose del gato, es importante que te asegures de que esté libre de ellos. Tanto las pulgas y los ácaros, como los gusanos redondos y las tenias, afectan su bienestar y también pueden transmitir enfermedades a ti y a tu familia (zoonosis).
Existen muchas opciones de medicamentos seguros y efectivos contra los parásitos que puedes darle a tu gato de manera periódica, para mantenerlo sano. Tu veterinario especialista en gatos te podrá indicar qué producto es el más adecuado, según su edad y su estado de salud.
Sobre las enfermedades provocadas por virus o bacterias, solo algunas tienen cura, no todas tienen vacunas y algunas son mortales. Otras enfermedades pueden afectar seriamente la salud de tu gato, mientras que algunas pueden no tener síntomas por varios años. Es importante que te informes, te preocupes a tiempo por su bienestar, y prevengas con chequeos veterinarios periódicos enfermedades que lo harán sufrir.
** La toxoplasmosis se transmite a humanos principalmente a través de algunos alimentos contaminados como verduras mal lavadas o carnes mal cocidas. Se puede contagiar desde el gato portador a la persona, solo si la persona ingiere heces del gato (frecuentemente con diarrea), sin embargo, los gatos portadores de toxoplasmosis son escasos. Recuerda mantener siempre a tu gato con sus desparasitaciones al día y limpiar diariamente la caja de arena**
Con respecto al recuadro de enfermedades anterior, debes tener claro que:
• Las vacunas solo son efectivas en gatos que no tienen la enfermedad, y requieren varias repeticiones a lo largo de su vida: pregunta a tu médico veterinario por el calendario de vacunas adecuado para el estilo de vida de tu gato.
• Existen test para verificar si tu gato está infectado de algún retrovirus (Leucemia o Inmunodeficiencia Felina), los cuales requieren una muestra de sangre.
• El contagio por saliva significa que tu gato intercambia saliva directamente con otro gato, por ejemplo, cuando se limpian mutuamente de forma constante o cuando pelean agresivamente.
• El contagio por sangre requiere de una herida reciente, mordedura, apareamiento o transfusión de sangre.
• Para reducir los riesgos de contagio debes mantener a tu gato dentro de casa, desparasitarlo, vacunarlo y esterilizarlo. Es importante que mantengas tu hogar limpio y desinfectado.
• Un gato enfermo de Leucemia o Inmunodeficiencia Felina puede tener una vida feliz si te preocupas de su bienestar. Tu médico especialista en gatos podrá orientarte en sus cuidados.
*¿Sabías que la melanina da pigmentación y protección a la piel? En los gatos de orejas o nariz de pelaje blanco, pastel o rojizo, ésta es escasa. Por este motivo, debemos evitar que se expongan excesivamente al sol, y así bajar el riesgo de un cáncer a la piel*
¿Qué es la Enfermedad Renal Crónica?
Es la pérdida paulatina de la función del riñón y avanza de forma progresiva y silenciosa. Generalmente se da en gatos mayores y sus causas a veces son desconocidas, y en otros casos por infecciones, tumores, nutrición o genética. El gato orinará con más frecuencia lo que le hará beber más agua para recuperar el líquido perdido. También puede presentar pérdida de peso, de apetito y vómitos. Una dieta adecuada y exámenes de control son importantes, pregunta a tu médico especialista.
La jaula de transporte
Cada vez que tu gato vaya al médico veterinario, debes llevarlo en su jaula de transporte por seguridad. Ten en cuenta que:
• Lo ideal es que sea de un material rígido, duradero, seguro, fácil de limpiar y diseñado para gatos.
• Una vez en el auto, la jaula debe ir en el piso del asiento trasero o sobre el asiento con cinturón de seguridad.
• Es útil tener una jaula que se le pueda desmontar la mitad superior. Así tu gato puede permanecer en la parte inferior de la jaula durante el chequeo veterinario, y se sentirá más seguro.
• Asegúrate de colocar una manta con su olor u otro material acolchado en la parte interior.
• Tapa con una manta el exterior de la jaula de manera que tu gato se sienta refugiado y se estrese menos durante el viaje. Asegúrate que tenga buena ventilación.
• La jaula de transporte, dentro del hogar, debiera utilizarse de forma cotidiana en la vida del gato. Puede usarse como cama o tener juguetes dentro, de manera que el gato la relacione con experiencias positivas y se acostumbre a ella.
¿Cuándo visitar al veterinario?
Lo mejor es consultar periódicamente al médico veterinario para que le hagan chequeos preventivos a tu gato, y así llevará una vida más larga, más feliz y más saludable. Lo mínimo es una vez al año, y en gatos mayores o con enfermedades crónicas deben hacerse con mayor frecuencia. Cuando las enfermedades se detectan tempranamente, se pueden controlar o curar antes de que causen mayores problemas.
¿Cómo elijo un médico veterinario adecuado?
Aunque parezca intuitivo, comienza seleccionando un veterinario al que realmente le gusten los gatos. Además, lo ideal es que consultes con un médico especialista en medicina felina. Fíjate que dedique tiempo contestando tus preguntas y que discuta contigo otros temas como nutrición, comportamiento de tu gato, enriquecimiento ambiental, etc.; que sepa cómo acercarse y manejar a tu gato de manera suave, empática y cuidadosa. La consulta debe ser tranquila, sin perros, con un ambiente enriquecido para felinos. Si es una clínica que también atiende perros, debiera tener consulta y sala de espera separadas: una para perros y otra para gatos. Así evitamos que se estresen más aún.
Buscar en internet puede ser útil, pero no confíes en esa información para obtener respuestas sobre la salud y/o el tratamiento para tu gato. Mantén siempre el contacto con tu veterinario para lograr un diagnóstico preciso.
¿Qué es el microchip?
El microchip de identificación es una cápsula pequeña, del tamaño de un grano de arroz, que es introducida por un médico veterinario debajo de la piel del gato y dura más de 20 años. Este dispositivo tiene un código único de 15 dígitos y permite asociar dicho código a todos los datos del gato y de la persona responsable de éste. Cabe señalar que este procedimiento no implica riesgos en la salud del gato y no es invasivo.
Signos de alerta
Existen situaciones o comportamientos de tu gato a los que debes estar atento, ya que pueden ser signos de alguna afección o problema de salud y debes informarlas a tu médico veterinario lo antes posible:
• Cambios de peso corporal.
• Cambios en la ingesta de agua.
• Falta o exceso de acicalamiento.
• Pelaje áspero, tieso, sin brillo.
• Orina o defeca fuera de la caja de arena.
• Disminuye su apetito de forma repentina.
• Mal aliento.
• Vómitos o diarrea.
• Dentadura más oscura.
• Encías irritadas.
• Ha dejado de jugar.
• Vocalización o maullidos excesivos o fuera de lo normal.
Siempre que notes algo diferente, incluso cambios pequeños o sutiles, sobre el comportamiento o los hábitos de tu gato, o cuando algo no esté bien, consulta a tu veterinario.
Al decidir tener un gato en la familia, tienes que asumir que puede enfermar en cualquier momento de su vida, necesitará tiempo, recursos y que lamentablemente en algún momento te tocará sufrir su partida. Por lo mismo, debes aprovechar al máximo el día a día con tu gato y trabajar la tolerancia a la frustración y al dolor de esta partida. El amor mutuo siempre valdrá la pena y serán más los momentos hermosos que te regalarán, que la tristeza de verlos partir.