Enfermedad Renal Crónica

ERC, una de las enfermedades más prevalentes
Por Dra. Lina Sanz / Centro Veterinario Opción Felina

La enfermedad renal es una de las enfermedades más importantes de nuestros gatos. Cuando se desarrolla en el gato por largo tiempo, sin retroceder y sin mejorías, se vuelve crónica, y es una de las enfermedades que más se observa en el gato, en todas las edades.

La enfermedad renal crónica (ERC) afecta a 1 de cada 3 gatos entre las 3 semanas de vida y los 14 años; y ya a los 15 años, afecta al 85% de ellos. El término “insuficiencia renal” hace referencia solo a casos terminales y se encuentra obsoleto. Al aplicar el concepto de “medicina veterinaria preventiva”, se incluye en el diagnóstico a los estados iniciales de la enfermedad, antes de que genere descompensación.

Las causas más frecuentes de enfermedad renal crónica comprenden:

Enfermedad pre renal: causada por deshidratación o por diarreas y/o vómitos que bajan el volumen de la sangre (hipovolemia). Cuando un gato tiene alguno de estos síntomas, se debe reponer el volumen de fluidos que requiere en su sangre, por ejemplo, con suero. Si eso se calcula mal, o se hace con apuro, el riñón puede dañarse por haber recibido poca perfusión en ese periodo de tratamiento.

Infecciones por retrovirus: algunos virus, como los que ya vimos, de Leucemia y de Inmunodeficiencia u otros, como el virus de la Peritonitis Infecciosa Felina (PIF), pueden dañar el riñón haciendo que filtre mal la sangre, lo que se puede ver como presión muy alta en la sangre y una mayor cantidad de proteínas en la orina.

Hiperfiltración secundaria a hipertiroidismo: actualmente afecta a entre un 6% y un 10% de

los gatos de todas las edades, no solo en el rango etario senior (de 10 a 15 años) y súper senior (mayores a 15 años) como se presentaba en el pasado, en los cuales afecta a uno de cada 10 gatos.

Glomerulonefritis: la inflamación del riñón, que afecta su funcionamiento, puede ser causada por enfermedades crónicas, que en el tiempo hacen que se depositen en ellos proteínas del tipo anticuerpos. Estas enfermedades pueden ser la enfermedad inflamatoria oral, el complejo inflamatorio hepático, la enfermedad inflamatoria intestinal, la otitis cronificada y otras enfermedades a la piel que son crónicas.

Enfermedades heredables de los padres gatos a sus hijos, como la poliquistosis renal y la amiloidosis.

Neoplasias (tumores) como linfoma renal, nefroblastoma, carcinoma y tumores que ramifican a otros órganos.

Secuelas de obstrucción de tracto urinario bajo mal cuidada: a veces los gatos se obstruyen y no pueden orinar. Entonces se les trata para eso. Si ese tratamiento no se monitorea bien, o se descuida, el riñón puede sufrir y dañarse.

Síndrome “riñón grande – riñón pequeño” felino: cuando por ejemplo las vías de la orina, que evacúan los riñones hacia la vejiga, se obstruyen con cálculos, se demora mucho más tiempo en fluir la orina y el riñón se daña en forma retrógrada. Las obstrucciones de pelvis renal y uréteres pueden formarse por nefrouréterolitiasis (cálculos), secuelas de pielonefritis crónica, traumas, fibrosis y otras condiciones de los uréteres.

Pielonefritis crónica felina: es la inflamación persistente de los riñones debido a una infección, que por lo general, comienza en la uretra o en la vejiga y llega hasta el riñón.

¿Cómo puede detectarse?

El riñón secreta una molécula muy pequeña (dimetilarginina simétrica, SDMA), cuya cantidad en la sangre se ha utilizado para definir desde fases precoces los estadios o grados de la enfermedad renal, de acuerdo a la Sociedad Internacional de Interés Renal (IRIS). Entonces, se toma una muestra de sangre y se mide la cantidad de esta molécula. Esta prueba detecta incluso un daño del 25% de las unidades funcionales del riñón.

El daño renal también se puede medir con otras moléculas que secreta el riñón, como la creatinina, sin embargo, la cantidad de esta molécula en la sangre no es fácil de interpretar en felinos.

Otro parámetro que podemos usar para evaluar el daño renal de nuestro gato es la “gravedad específica de la orina”, en que se mide la concentración de partículas en la orina. Valores menores que 1035 se relacionan con un daño renal del 66%.

Es importante definir el estadio de la enfermedad en el que se encuentra nuestro gato, para poder establecer la periodicidad de los controles, la necesidad de biopsia renal y de tratar los síntomas. También hay que poder determinar si requiere cambiar su alimentación y/o sus fármacos específicos. Para tener una buena evidencia, se deben tomar dos muestras del gato hidratado, separadas mínimo entre 10 -14 días, y así poder ver las alteraciones en sus exámenes.

Si nuestro gato con enfermedad renal crónica presenta alteraciones en algunos parámetros, se deben manejar bien para que pueda vivir mejor por más tiempo. Estos parámetros son 7 y corresponden a: proteínas en la orina (proteinuria), hipertensión, cantidad de fósforo, potasio y glóbulos rojos en la sangre (hiperfosfatemia, hipokalemia y anemia, respectivamente), e infección en el tracto urinario. También se deben detectar nefrouréterolitiasis (formación de cálculos), y las otras causas del “síndrome riñón grande – riñón pequeño”, que afectan el pronóstico de vida de nuestro gato. La evaluación frecuente de la molécula SDMA (y de la creatinina), que se menciona antes, permitirá establecer el progreso dentro de los cuatro estadios de la enfermedad.

Existen múltiples terapias y procedimientos quirúrgicos que podrán ayudar a nuestro gato a llevar bien su enfermedad y vivir feliz por mucho tiempo.

El diagnosticar precozmente cada fase o estadio de la enfermedad renal crónica permite aumentar la esperanza de vida, con buena calidad de vida en nuestros gatos. Es así que en el estadio II de enfermedad renal, la sobrevida con manejos actualizados y bien monitorizados es de más de 10 años. Para el estadio III es de 3 años; y en estadio IV, la esperanza de vida es de 180 días en promedio, y en muchos gatos es más de un año.

Esto es un gran avance, comparado con los manejos obsoletos que se usaron hasta el año 2000. El manejo actual se basa en controlar los 7 parámetros de sobrevida ya descritos, y en complementar con dietas específicas para enfermedad renal y con medicina regenerativa.

El diagnosticar precozmente cada fase o estadio de la enfermedad renal crónica permite aumentar la esperanza de vida, con buena calidad de vida en nuestros gatos.